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Más de 260 ríos, que cubren la mitad de la superficie terrestre y sustentan al 40 % de la población mundial, cruzan fronteras. Con el calentamiento global alterando las sequías, las inundaciones y las precipitaciones, la competencia por el agua se ha vuelto feroz. Dos tercios de los conflictos armados se producen en regiones áridas, lo que hace que la distribución justa de los recursos sea fundamental. Pero, ¿podemos tomar decisiones sin acceso a datos fiables y compartidos?

Retos de los acuerdos de reparto del agua
En teoría, los tratados internacionales definen cómo deben repartirse los recursos hídricos, cómo deben gestionarse las presas y cómo debe variar el consumo de agua de una estación a otra. En la práctica, vemos cómo los países situados aguas arriba ajustan unilateralmente el caudal para satisfacer sus propios intereses. Estas situaciones suelen generar desconfianza y disputas.

Solución propuesta: digitalización de las cuencas
Los desacuerdos son inevitables cuando cada país se basa en sus propios datos. Para restablecer la confianza entre las naciones de una cuenca, las autoridades de la cuenca deben garantizar que todos los Estados miembros acuerden compartir todos los datos disponibles. De este modo, las naciones ribereñas de la cuenca tienen acceso a todos los datos generados a través de las fronteras.

Ventajas de compartir datos
He aquí dos ejemplos que ilustran por qué un sistema digital compartido de seguimiento y previsión, que proporciona a todas las partes los mismos datos, cambia las reglas del juego al reforzar la confianza mutua. En primer lugar, en Senegal, la digitalización de la cuenca ayuda a la Société d’Aménagement et d’Exploitation du Delta du fleuve Sénégal (SAED) a perfeccionar el riego, garantizando una distribución eficiente del agua a los agricultores, sin perjudicar a los hogares que necesitan agua potable ni al caudal que baja hacia Mauritania. En segundo lugar, en el Himalaya, donde el 80 % de las precipitaciones anuales se producen en cuatro meses, la coordinación entre Nepal y la India en la previsión de inundaciones evita pérdidas devastadoras a las comunidades.

Con el cambio climático remodelando la hidrología, la cooperación transfronteriza se ha convertido en algo primordial. La digitalización de las cuencas aporta transparencia y, por lo tanto, confianza. Los acuerdos de reparto del agua siempre han sido un motor de la cooperación, incluso en momentos de tensión. El despliegue de sistemas de intercambio de datos entre naciones es fundamental para que la gestión transfronteriza de los recursos hídricos se convierta en un pilar de la resiliencia climática y la paz.

Jeremy Fain, director ejecutivo de Blue Water Intelligence